Control de emociones

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Es usual que en una etapa determinada los padres nos veamos en situaciones en donde nuestros hijos no saben controlar sus emociones; lloran, gritan, se molestan, e incluso llegan a lastimar con golpes o mordiscos; y claro, lo primero que pasa por nuestras cabezas es pensar que quizás estamos consintiendo mucho a nuestros hijos, que están malcriados e incluso experimentamos sentimientos de culpa y frustración al pensar que no lo estamos educando correctamente, cuestionándonos una y otra vez si lo estaremos haciendo bien e incluso llegándonos a sentir muchas veces malos papás. 

Sin embargo, debemos no abrumarnos con estos pensamientos y trabajar en darnos un tiempo para comprender que todos los niños pasan por etapas, y  estas, son pieza clave para enseñarles a nuestros hijos a manejar emociones que muchas veces no son capaces de comprender. 

A continuación, les dejó algunos consejos que he ido leyendo y practicando para ayudar a nuestros gorditos a controlar, descubrir y manejar sus sentimientos, impulsos y reacciones:

1. Ayúdalos a reconocer qué es lo que están sintiendo, así ellos aprenderán a identificar mejor una situación en la que se sienten tristes, demasiado eufóricos o molestos y poco a poco podrán dominarlo.

2. Identifica las razones por las que se siente de esa manera, que se sienta apoyado por sus padres es fundamental.

3. Enséñales a expresar sus emociones de manera adecuada. Hazles saber que cuando se sientan tristes o enojados, pueden decírtelo y juntos lo resolverán.

4. Muéstrales alternativas para resolver sus problemas, pero no llegues a convertirlas en una imposición.

5. Comunícate con ellos. Los niños entienden todo y mientras más les hablemos y les expliquemos las cosas, las comprenderán mucho mejor

6. Manten la calma. Puede que al principio resulte difícil, pero es importante recordar que si se grita o amenaza al niño, se le estará inculcando precisamente el tipo de conducta que se busca desalentar.

7. Y sobre todo, brindándoles mucha comprensión y amor y no te rías de sus reacciones. Las situaciones que quizás para nosotros resultan graciosas o sencillas, para ellos no lo son.

Estos consejos ayudarán a los niños en la comprensión y el manejo de sus emociones, disminuyendo los llantos, las rabietas y las reacciones violentas en los pequeños. Sin embargo, si un niño presenta una conducta agresiva frecuentemente y llega a herir a sus amigos o miembros del hogar en repetidas ocasiones, es posible que requiera ayuda adicional y en esos casos, no dudemos en en buscar el consejo de un psicólogo o de tu pediatra de cabecera.

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Besos,
Yordana

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