Adiós Abuelito

18:58




Hace un poco más de un año, Antonia perdió a su abuelo paterno, ocurrió de un momento a otro, nadie se lo esperaba y fue bastante duro para toda nuestra familia. 

Desde el momento en el que él enfermó, Antonia jamás fue ajena al tema, lo seguía viendo, visitando y a su corta edad, se daba cuenta de que su abuelo estaba enfermo y nosotros siempre fuimos sinceros con ella. 

Jamás imaginábamos que en menos de dos meses de detectar la enfermedad, su abuelo nos dejaría, él era un hombre fuerte, sano hacia, un ser humano maravilloso; siempre con una sonrisa, una broma que te hacía sonreír, con una capacidad única de hacer reír a cualquiera, dispuesto a ayudar a todos y un extraordinario  papá, esposo y abuelo. Antonia fue muy afortunada de haber podido disfrutar 3 años  a  su lado. 

Cuando él enfermó y tuvo que ser internado, Antonia preguntaba mucho por él; y es que claro, de verlo todas las semanas, comenzó a no verlo; así  que nosotros decidimos no ocultarle nada, ser sinceros con ella y contarle que su abuelo estaba en la clínica, enfermo y que no iba a poder volver a casa hasta estar mejor. 

Por las mañanas, cada vez que preguntaba por él, le escribíamos cartas, ella iba hablando todo lo que escribía, dibujando muchas líneas y garabatos que siempre le decían lo mucho que lo amaba y que esperaba que se mejore. Yo le enviaba la carta a su abuelo todos los días, para así darle grandes motivos para salir adelante y no dejarse vencer, pero lamentablemente Dios lo llamó a su lado.

Justamente semanas atrás, antes que el abuelo de Antonia enfermara, un pericotito se metió a nuestro garaje, Antonia se despedía de mí en la puerta y vio que el pericote entraba: 

- “Mamá mira, un ratoncito, que lindo”, me dijo; y yo, que claramente no lo veía, retrocedí el carro y frente a sus ojos lo chanqué con la llanta de mi camioneta, obviamente el pericote murió, Antonia lloró, y ese día comprendió lo que significaba la muerte, ya que tuve que explicarle que el ratón tuvo un accidente y al ser chancado, para que no le duela, Dios se lo llevo al cielo. Ella lo comprendió perfectamente, porque en casa somos católicos y gracias a mi mamá, Antonia sabe desde pequeña sobre la existencia de Dios, los ángeles y del cielo y ahora me doy cuenta que sin querer, este episodio la ayudó a comprender lo que se nos venía después. 

Unos días antes de que su abuelo muriera, Dios nos dio la oportunidad de poder darle fuerzas para que él pueda hablar y Antonia logró conversar por teléfono con él: 

- “Tatu, Tienes que hacerle caso al doctor y tomar todos tus jarabes para que te sanes. Te amo mucho”. 

Esa fue la última vez que ellos hablaron y estoy segura que Antonia solo esperaba paciente a que él volviera pronto a casa. 

Lamentablemente llegó el día que ninguno de nosotros quería que llegara y su abuelo nos dejó, partió al cielo, al lado De Dios. 4 días antes del cumpleaños #3 de Antonia. 

¿Cómo le diríamos a ella que su abuelo ya no estaba más, que ya no regresaría, que ya no recibiría sus cartas, que se fue al cielo al lado De Dios? Qué difícil ¿no? Y más aún tan cerca a su cumpleaños, ese que quisimos cancelar y que todos en la familia decían que su abuelo jamás lo hubiese querido; pero a pesar de eso, yo no me sentía muy convencida, no me parecía adecuado, hasta que hablé con una amiga que me dijo algo muy cierto:

- “Acaba de perder a su abuelo, a quien más quería en el mundo ¿Y encima le vas a quitar su cumpleaños?” 

Fue así como esperamos que el cumpleaños pase y un día durante la mañana, cuando Antonia me pidió un papel, para escribirle otra carta a su abuelo, me armé de valor y hablé con ella. 

- “Amor, tengo que contarte algo ¿Tú sabes que Tatu es muy bueno no?”
- “Sí”
- “Entonces, como es tan bueno, Dios le ha pedido que suba al cielo para que sea su ángel y lo ayude con todas las cosas buenas que tiene que hacer (mientras le contaba esto sus ojos se iban abriendo, no sé si sorprendida o triste); entonces como Tatu estaba enfermo y quería estar sano y fuerte, le dijo a Dios que lo ayudaría y Dios se lo ha llevado al cielo para que él esté sin dolor y lo acompañe”.

Fue así como Antonia entendió perfectamente que había muerto y que al estar en el cielo ya no lo vería más. Se puso a llorar y me dijo:

- “No mamá, yo no quiero que Tatu sea un ángel, yo quiero que baje del cielo y este aquí abajo, conmigo”.
- “Hijita, Tatu ya no puede bajar del cielo amor, pero él desde arriba te va a cuidar siempre y cada vez que tú reces o le hables él te va a escuchar”.
- “No mamá, yo no quiero que él me escuche yo quiero que él esté aquí conmigo” (y no paraba de llorar).

En ese momento, solo se me ocurrió distraerla, con mi familia habíamos creado un álbum en Facebook donde habíamos recopilado todas las fotos donde su abuelo salía, entonces le dije que veríamos sus fotos, que cada vez que lo extrañara podíamos verlo, se calmó un poco y comenzamos a ver todas las fotos, así comenzó a distraerse y en un momento me dijo: 

- “Mamá, sí Tatu está en el cielo, quiero que Dios me mande una foto suya siendo un ángel”. 

Menudo problema el mío, pero comprendí que eso la ayudaría a aceptar mejor el tema, así que ok,  le dije que ya, que le pediría una foto a Dios; entonces me puse manos a la obra y le armé una foto de su abuelo con alas. 

- “Antonia mira, Dios ya nos mandó la foto, mira que bello está Tatu de ángel” 
- “¿Pero porqué no sale Dios con él en la foto?” me dijo.
- “Es que tú me dijiste que le diga a Dios que le tome la foto, entonces él se la ha tomado, por eso no sale”
- “Ahhh sí, que lindo está mi Tatu ¿Puedes poner esa foto en mi cama”
“Claro amor” 




Desde ese día la foto de Tatu está en el cuarto de Antonia y ella le habla siempre, al comienzo la ampayaba hablándole y luego me decía: 

- “Mamá, no me responde”

Pero con el tiempo le fui explicando que él no respondería pero sin embargo la escucharía y la vería desde el cielo siempre y ella lo empezó a comprender muy bien. 

Ahora ella dice que Tatu está en el cielo, que es un ángel, que está donde están las estrellas y cada vez que hay alguna estrella más fuerte ella dice que es su abuelo, la hemos sorprendió soltando globos al cielo, diciéndonos que se los quería enviar a Tatu, la hemos sorprendido hablando con él muchas veces, incluso nos asegura haberlo visto durante la noche cuando su papá y yo dormíamos, que lo vio con una pijama roja, con mucha luz y con un ángel con alas a su lado, que él le dijo que la amaba mucho y que se volviera a dormir porque él la cuidaría y no hay un solo momento en que no lo recuerde. 

Ha sido difícil sí, pero manejarlo con sinceridad y contándole las cosas como son ha sido lo mejor. 

Hace unas semanas hablamos de esto de perder a un ser querido en la página y quiero recopilarle algunos consejos si llegan a pasar también por esto: 

✔️ Es necesario hablar con los niños de la muerte, porque en algún momento en sus vidas se encontrarán con una pérdida de un ser querido, o incluso de sus mascotas y así lo entenderán mejor.

✔️ Muéstrenles siempre fotos, de nosotros dependerá que los recuerden siempre. 

✔️ Hablemos siempre con la verdad, tratemos de que sea mamá o papá quien les de la noticia, de una forma muy sutil, menos dolorosa pero siempre con la verdad. 

✔️ Mencionarles que el familiar que falleció es una estrella, ayuda a que se sientan acompañados cada vez que ven una estrella y sirve para que sigamos fortaleciendo el recuerdo. 

✔️ No les mintamos diciéndoles que  la persona que ha muerto ha hecho un viaje muy largo, o que volverá pronto, porque nuestros hijos pensarán que volverán; y al no ocurrir, se sentirán abandonados y si nosotros viajamos lo podrían  asociar también, generando mil dudas y preocupaciones en sus cabezas.

✔️ En todo este proceso, surgirán preguntas sobre el cielo y sobre la situación, sigamos respondiendo con la verdad, según lo que creemos bajo nuestra fe. 

✔️ Utilicemos palabras dulces, lindas, palabras adecuadas para su edad que les de más tranquilidad que dolor. 

✔️ Que todos en la familia mantengan el mismo mensaje. No es recomendable que el niño reciba información distinta. 

Recuerden que los niños son increíbles, ellos entienden mucho mejor los conceptos de la vida, y todo se les hace más fácil, sonriamos y aprendanos de ellos, recordémosles siempre lo importantes y valiosos que fueron para esas personas que se nos adelantaron. Aunque no lo crean, los niños entienden con mayor facilidad el proceso y el sentido de la vida.

Es difícil resignarnos a una pérdida, es difícil no extrañar, es imposible no querer tenerlos nuevamente a nuestro lado, pero como bien dijo una mamá del baúl: “No olvidemos que las cosas más bellas del mundo no pueden verse ni tocarse, se sienten con el corazón”.

Les dejo un pequeño listado de libros infantiles que pueden ayudarnos en momentos como estos: 

“Es así” de Paloma Valdivia. 
“Siempre” de Ana Galán y Marta Sedano. 
“El árbol de los recuerdos” de Britta Teckentrup. “El pato y la muerte” de Wolf Erlbruch.


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4 comentarios

  1. Elizabeth Otiniano12/02/2017

    Excelente post Yor. Hasta el día de hoy, gracias a Dios, tengo a mis 4 abuelos conmigo y los amos muchísimos; sinceramente no puedo ni pensar qué pasaría conmigo el día que me falten, le ruego a Dios que eso no pase nunca, pero sé que es parte de nuestra vida y solo ruego que sea de aquí a muchísisisisisimos años. No hay como los abuelos. <3

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    1. Sí, no hay como los abuelos, son maravillosos ♥️

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  2. Perder un familiar es muy doloroso, yo tengo 7 años con mi esposo y 5 de casados tengo dos hijos un adelanto 10 y otro por cumplir 3, mi hija mayor es de un compromiso anterior y mi esposo la cría desde que ella tiene 3 años, nunca olvidaré el día que sus papás conocieron a mi hija, llore por dentro del amor que en especial le brindo mi suegro la quería creo q desde el día que la vio entrar a su casa, desde ese día mi pequeña se convirtió en su nieta y se querían tanto, después de casarme un año pasó para poder quedar embarazada y la emoción de mi suegro fue maravillosa, esperaba con ansias a su nieto, me complacía mis antojos y no había hombre más feliz en la tierra que él, mi hijo nació en enero 2015 y antes que el cumpliera el mes mi suegro enfermó! Parecía una simple gripe luego se iba complicando, hasta entonces el solo había visto a su nieto cuando nació y una sola vez en casa, hasta que llegó aquel día terrible en q detectaron un cáncer pancreático, jamás olvidaré la llamada de mi suegra que me decía dile a Erik ( mi esposo ) que me llame urgente, mi esposo en el trabajo en esos momentos, ya sabía q algo malo se venía, la fe nunca la perdimos, le enviábamos fotos de cómo iba creciendo Caleb ( mi hijo ) pero no era lo mismo, cuando salía del hospital íbamos a verlo pero la enfermedad estaba consumiendo su cuerpo más no su espíritu, recuerdo q levantaba botellas de gaseosas llenas de agua para hacer ejercicios y poder cargar a su nieto, pero recaía y volvía al hospital, lo operaron pero nada se pudo hacer la enfermedad había avanzado rápidamente, el siempre quiso q se le celebrarán todos los meses q iba creciendo mi hijo y así fue algunas veces con el otras no pero siempre celebrando juntos, pasaron 6 meses y medio desde q nació Caleb y mi suegro un hombre grande, fuerte, sano, bueno, un hombre que agradezco a Dios haber conocido, se fue nos dejó un 2 de agosto ya hace dos años y hijo con casi 7 meses y mi hija con 8 años, fue duro doloroso mi hija lo entendió sabía q estaba en el cielo, a pesar de tanto dolor seguimos con el deseo de él de celebrar cada mes hasta el año de mi hijito ahora con el presente en foto y siempre lo recordamos y le hablamos a mí hijito de su abuelo José!

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  3. Que lindo mwnsaje de ayuda para afrontar una situacion tan dificil.muchas gracias por tu ayuda de siempre.

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