Amor, como hemos cambiado

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Ayer fuimos al cine después de casi un año, es que claro, ahora tenemos más responsabilidades, una hija y nos faltan horas para terminar todo lo que tenemos que hacer en el día; antes, nuestra vida era más sencilla, el tiempo sobraba si de estar juntos se trataba, no había día en el que no durmiéramos juntitos, en el que no nos mandáramos un mensaje de texto diciéndonos cosas hermosas, mails enormes a pesar de poder hablar también personalmente; incluso todos los 17 de cada mes celebrábamos nuestro mes de aniversario y siempre me sorprendías con rosas o tulipanes que me hacían recordar que ese día celebrábamos un mes más; yo también tenía muchísimos más detalles contigo, te sorprendía con muchas sorpresas, no olvidaba ni un solo día especial y me enfocaba en siempre hacerte feliz.

Ahora ya no hay flores todos los 17 del mes, ya no nos mensajeamos solo para decirnos cosas bonitas, ya que nuestras responsabilidades también se apropian de esos mensajes, muchas veces ya no dormimos juntos ni abrazados porque Antonia ha hecho de nuestra cama la suya, tampoco nos escribimos más mails porque nos pasamos gran parte del día escribiéndoselos a otras personas y nuestras idas al cine (que repetíamos casi todos los viernes) se han convertido en todo un reto si es que Antonia está dormida y no nos espera en casa despierta. 
Y es que sí, nuestra vida ha cambiado, ahora nuestros abrazos son de a 3, nuestros mensajes en el teléfono son más para compartir fotos o conversaciones de esa pequeña que ha cambiado tanto nuestra vida, las flores ya no las recibo de ti, si no de ella en complicidad contigo, nuestras peleas dejaron de ser por tonterías sin sentido y ahora se dan porque el día a día y lo agotador que resulta ser papás nos juega en contra  pero nos permite siempre aprender de eso.
Quizás sin darnos cuenta, ya no solemos decirnos todos los días lo mucho que nos amamos o hemos dejado que nuestro rol de papás abarque la mayoría de nuestras prioridades, pero en cada trabajo en equipo para cuidar a nuestra hija, en cada vídeo o foto que nos pasamos cada vez que uno de nosotros está lejos de Antonia o en cada pausa que le damos a nuestra apresurada vida para darnos un beso, para un te amo, para una sonrisa, está el reflejo de que nuestra vida ha cambiado y que todo lo que demostrábamos cuando éramos más jóvenes, el tiempo sobraba y no éramos papás, ahora lo demostramos con otras acciones que nos enseñan a encontrar grandes muestras de amor dentro de nuestro nuevo mundo. 

Ahora cada beso, cada abrazo, cada escapada para poder estar un tiempo a solas, cada película en familia, cada sonrisa en complicidad con nuestro pequeño gran amor, cada abrazo en donde Antonia nos ve y corre a tirarse sobre nosotros es la muestra perfecta de que sí, nuestro amor cambió, ahora se complementó, pero sigue siendo igual de fuerte y sólido como cuando nuestra vida era más sencilla y cuando solo importábamos tú y yo. 

La rosas, los tulipanes, los mensajes de texto son lo de menos, ya aprendí a descubrir que en cada una de tus acciones cotidianas esta el reflejo de tu gran amor.

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3 comentarios

  1. Ohhhh, me identifico contigo, me pasa exactamente lo mismo, es que los niños llegan a la vida de pareja para convertirla en familia, en un equipo, para llenar de felicidad asi como de responsabilidades, pero es lo mejor que nos puede pasar

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  2. Anónimo3/06/2017

    You are a happy family! Don't be afraid of those daily responsibilities, since they fill up your life with happiness. Don't forget to use our top writing services in order to succeed:)

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  3. Anónimo11/14/2017

    A pesar de todas nuestras responsabilidades como padres, esposos, hijos, consejeros, amigos, etc, debemos dedicar un día de la semana para salir con nuestra esposa (o). Creo que no debería haber excusas, al final estamos fortaleciendo lazos de amor por muchos años de vida.

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