Esta es la primera foto que me tome con Antonia; tenía 10 días de nacida, cualquier que la ve diría que nos iba de maravilla, que se me veía cansada pero feliz; y la verdad, es que no, no estaba feliz.
La había esperado con tanta ilusión después de haber tenido una pérdida que cuando nació solo tenía miedo de perderla, de que algo malo le pasara; me sentía con miedo, lloraba todo el día, sentía que mi libertad se había acabo, que no era lo que quería, quería retroceder el tiempo, no quería estar sola ni un minuto y lo peor de todo es que la veía y sí, obvio que la quería; pero no la amaba con locura como muchas me dijeron que pasaría.
"No te preocupes, es increíble pero la paciencia llega sola, te nace automáticamente"
"Vas a ver que nace y en ese preciso momento te enamoras"
"Es fácil, sin darte cuenta ya sabrás hacer de todo"
Saben, le agradezco a mis amigas, por querer animarme y darme fuerzas cuando estaba embarazada y tenía tantas miedos y dudas; pero no, la paciencia no siempre es automática ni aparece como arte de magia, la vas teniendo poco a poco o nunca llegas a tenerla pero pones de tu parte para no volverte loca. No todos se enamoran ni bien ven a sus hijos, ya que como todas las relaciones en la vida, enamorarse toma un tiempo y complementarnos totalmente con ellos también. Ser mamá NO es fácil. No se duerme, las malas noches son terribles y los primeros meses son agotadores. Llegué al punto de tener que ir a un psicólogo porque me sentía realmente mal y necesitaba comprender que mi vida había cambiado y debía aceptarlo, estaba con una depresión post parto fortísima solo lloraba y lloraba... a eso se sumó que por primera vez en mi vida me mandaron pastillas para dormir (no dormía nada, la angustia que sentía en la panza no me dejaba cerrar los ojos, era una sensación horrible) y tuve que dejar de darle de lactar a Antonia por unos días, botar la leche con el corazón estrujado mientras se iba por el lavadero y luego; cuando ya dejé las pastillas porque me sentía mejor, el simple hecho de que ella, la teta y yo no seamos las mejores amigas me hacía sentir PEOR aún... Mi hijita, tan pequeñita y yo tan débil, llorando por todo, rindiéndome con la lactancia, sin saber cómo atenderla y como quererla.
Me auto destruía pensando que todo lo que tenía en mente cuando naciera solo fue una ilusión, me sentía la peor mamá del mundo, hasta hoy lo recuerdo y me da una pena terrible no haber podido salir más rápido de todo eso y aprovechar más a mi hija; pero las cosas son así, para algunas fáciles, para otras no y el tiempo fue quien me enseñó poco a poco que se puede llegar a amar locamente como dicen sin llegar a ser algo automático, que las amanecidas se acaba pronto y luego hasta se extrañan, que la paciencia efectivamente mejora mágicamente pero a su tiempo y a su manera y que no se es una buena mamá de un día para otro.
Así que me animé a escribirles esto, a todas las que como yo están pasando o pasaron por lo mismo, para que sepan que no son ni serán las únicas, que todo pasa y que poco a poco se llega a ser quien realmente queremos ser.
Así que heme aquí, la mamá que muchas veces es felicitada y admirada por algunas, también fue una "mala mamá" aprendiendo a ser mejor cada día.
POST 2:
PARA CLAUDIA
Y también les dejo este Post que considero puede ser también de mucha ayuda ☺️